“Frente a una realidad inestable y fragmentada, en proceso de metamorfosis velocísimas, los objetos son un ancla, pero un ancla paradójica, ya que ella misma debe cambiar todo el tiempo, oxidarse y destruirse, entrar en obsolescencia el mismo día de su estreno”. (Beatriz Sarlo)
Antes, las cosas se conservaban y los objetos se reparaban una y mil veces frente a roturas y fallas. Hoy por hoy, el must es tirar todo lo que entre en decadencia y sustituirlo por un modelo nuevo, que aparece en cada temporada.
Admito que yo misma tuve, a la fecha, seis celulares distintos. Sin embargo, me di cuenta que no siempre puedo adaptarme a las nuevas versiones. Y en mi caso, en este caso, yo amaba relacionarme con la vieja. A esta nueva no la conozco. Y hay una gran diferencia entre los objetos y las personas. Porque las últimas no vienen con un manual de instrucciones.
Te extraño. No quiero pelear, quiero aprenderte.